Jane Palmer está dispuesta a todo por dinero…

Así es el personaje de la actriz Lizabeth Scott en el filme LÁGRIMAS TARDÍAS [Too Late for Tears] de 1949 y parte del ciclo «MALOSAS Y VILLANAS».

La voz rasposa y la mirada penetrante de la actriz Lizabeth Scott otorgan un aura verdaderamente aterradora a su papel de Jane Palmer, una ama de casa manipuladora y de gran gusto por las cosas buenas y dispuesta a pisar el cuello de cualquiera para conseguirlas.

La trama de LÁGRIMAS TARDÍAS es una oscura casualidad. La perdición disfrazada de suerte. En una solitaria carretera de montaña, Jane y su despistado esposo Alan (Arthur Kennedy) reciben por accidente una bolsa de dinero en efectivo mal habido. ¿Deberían arriesgarlo todo quedándolo? Alan quiere hacer lo correcto y devolver el dinero, pero Jane tiene otras ideas. “El dinero solo te hará sentir miserable e infeliz”, le dice. Pero las palabras apenas salen de su boca antes de que ella responda: «Déjame ser el juez de eso«.

Eventualmente, por supuesto, el dueño de ese dinero, un delincuente de poca monta llamado Danny Fuller (Dan Duryea), viene a buscarlo, lo que significa problemas para él. Como cualquier otro hombre en la película, Danny juzga mal a Jane, asumiendo que él es el gato y ella el ratón. Es un error que no cometerá dos veces.

Con información de COLLIDER por WALTER JONES

Adaptación al español por Andrés Bermea

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