¿Cuál es la mejor película de todos los tiempos según los cineastas?. En 2022, un total de 480 directores de cine de todo el mundo participaron en una de las encuestas más relevantes de la industria para dar una respuesta a esta pregunta. Se trata de la prestigiosa lista Sight & Sound de la revista del British Film Institute, donde cada diez años se recopilan los 100 mejores filmes de la historia.
En ella, el primer puesto lo obtuvo ‘2001: Una odisea del espacio’, la obra maestra de Stanley Kubrick. Pero en lo que se refiere al género western, la película más votada y mejor situada en el ranking no es otra que ‘ÉRASE UNA VEZ EN EL OESTE‘ (Título original «C’era una volta il West») [En USA: «Once Upon a Time in the West»; en España: «Hasta que llegó su hora»]. Esta cinta italiana, dirigida por el gran Sergio Leone (’El bueno, el malo y el feo’), estrenada en México el 4 de diciembre de 1969, aparece en el puesto 46 de la lista, para sorpresa de muchos.
Sight & Sound describe esta película como “un compendio épico de las situaciones que Leone había tomado prestadas de los westerns que tanto amaba”. En la revista también se destaca la memorable secuencia de apertura, la inolvidable banda sonora compuesta por Ennio Morricone y los lentos y tensos duelos que son tan típicos de Leone.
¿’Érase una vez en el Oeste’ es el mejor western de todos los tiempos?
Henry Fonda, Claudia Cardinale, el Director Sergio Leone, Charles Bronson y Jason Robards
‘Érase una vez en el Oeste’ se convirtió en el western mejor valorado por los directores de cine gracias a que contó con el respaldo de figuras como Nicolas Winding Refn (’Drive’) y el iraní Asghar Farhadi (’Nader y Simin, una separación’). Ambos consideran que esta obra trascendió las fronteras del Spagetti Western y produjo un gran impacto en sus carreras.
Lo más curioso de todo el asunto es que no estamos ante una producción estadounidense, como las de Clint Eastwood. ‘Érase una vez en el Oeste’es una película italiana que se alza como uno de los grandes orgullos del cine europeo, y gracias a ella, el género Western experimentó un antes y un después. ¿Estás de acuerdo con la selección?…
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Todos tenemos una idea de la historia de Frankenstein; pero, ¿Cómo llegó esa historia a la novela impresa?…
¿Cómo fue que Mary W. Shelley, una joven de apenas 18 años desarrolló una idea tan espantosa y estremecedora?…
¿Cómo vivió Mary Shelley ese proceso de gestación que dio vida a la criatura que horrorizó al mundo entero?…
Conozcamos a Mary W. Shelley en una visita a la noche en que engendró al monstruo…
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Con las actuaciones de:
Adriana Favela como Mary W. Shelley
Andrés Bermea como el Narrador
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Yo, Mary Shelley: La noche en que engendré al monstruo
Por Andrés Bermea con fragmentos de la Introducción de Mary W. Shelley a la novela FRANKENSTEIN O EL MODERNO PROMETEO editada en 1831.
Narrador: – Frankensteino el moderno Prometeo (de 1818), escrita por Mary W. Shelley, cambió la historia del terror porque mezcló miedo con una pregunta muy humana: ¿Qué pasa cuando creamos algo y no nos hacemos responsables de ello?… Víctor Frankenstein arma una criatura a través de la ciencia y luego la abandona; el “monstruo, la criatura” aprende, sufre y busca cariño. Por eso la novela conectó tanto: no es solo miedo, es una pregunta moral que todos entendemos -sobre empatía, rechazo y consecuencias-.
La novela Frankenstein se volvió popular porque tiene un símbolo poderoso (la criatura incomprendida) que cada generación reconoce. Y la película de 1931 lo hizo inolvidable: la imagen del laboratorio, los rayos, Boris Karloff, el “¡Está vivo!”. Ese filme fijó el look del monstruo y ayudó a que Frankenstein fuera un clásico del cine de terror. Hoy sigue vigente porque habla de tecnología, poder y responsabilidad… temas que siguen siendo nuestros.
Todos tenemos al menos una vaga idea de la historia de Frankenstein; pero, ¿Cómo llegó esa historia a la letra impresa?… ¿Cómo fue que una joven de apenas 18 años ideó y desarrolló una idea tan espantosa y estremecedora?… ¿Cómo vivió Mary W. Shelley ese proceso de gestación que dio vida a la criatura que horrorizó al mundo entero?… Conozcamos a Mary W. Shelley en una visita a la noche en que engendró al monstruo…
El verano de 1816 se presentó fuera de lo normal, fue terrible, frío y lluvioso por los efectos globales de la erupción del volcán Tambora situado en Indonesia, ocurrida un año antes, el 10 de abril de 1815; liberó toneladas de polvo de azufre que se extendieron por todo el planeta y que originó lo que se conoce como el “El año sin verano”;… Un descenso importante de temperatura y lluvias tan persistentes que dejaron frías a Europa y Norteamérica… Estas lúgubres circunstancias acabaron siendo el escenario perfecto para que se gestara una de las novelas de terror gótico más clásicas de toda la historia, una de las más turbadoras novelas de la literatura europea… FRANKENSTEIN O EL MODERNO PROMETEO… su autora, Mary Wollstonecraft Shelley…
Mary: -En 1812 conocí al poeta Percy Bysshe Shelley [Pur·see-Bish-Sheh·lee] de quién me enamoré perdidamente… Aunque él estaba casado con otra mujer en ese momento, -Harriet-, me fugué con él a Francia en julio de 1814. A petición de ella misma, escapó con nosotros mi hermanastra Claire Clairmont hija de la segunda esposa de mi padre, quien enviudó de mi madre poco tiempo después de mi nacimiento… Yo tenía apenas 16 años y cinco menos que aquel muchacho que se convirtió en mi primer y gran amor… Nos casamos luego en diciembre de 1816.
Narrador: – En mayo de 1816 Percy Shelley decidió llevar a Mary al pueblo suizo de Cólogny, en las orillas del Lago Lemán, también conocido como Lago de Ginebra, el mayor de la Europa Occidental.
Estando ahí fueron invitados a la cercana y elegante Villa Diodati por el poeta Lord Byron, que había empezado una aventura con Claire, la hermanastra de Mary.
Mary: – Nos convertimos en vecinos de Lord Byron. Al principio pasábamos horas agradables en el lago o vagando por sus orillas; y Lord Byron, que estaba escribiendo el tercer canto de Childe Harold («Chaild Jare-uld»), era el único entre nosotros que ponía sus pensamientos sobre el papel.
“Resultó ser un verano húmedo y desagradable, y la lluvia incesante a menudo nos confinaba en casa durante días.” Como buenos románticos, amábamos la naturaleza, estábamos fascinados por los avances de la ciencia y adorábamos las historias de terror gótico.
Cayeron en nuestras manos algunos volúmenes de historias de fantasmas, traducidas del alemán al francés, entre ellas un ejemplar de la llamada “Fantasmagoriana”… Los recuerdos están tan frescos en mi memoria como si los hubiera leído ayer. Ese encierro forzoso en Villa Diodati es el caldo de cultivo inmediato de la invención.
La noche del domingo 16 de junio de 1816 dijo lord Byron «Escribiremos cada uno una historia de fantasmas», y su proposición fue aceptada. Éramos cuatro: Él -Lord Byron-, su amigo, médico de cabecera y secretario personal John William Polidori; mi futuro esposo Percy Shelley y yo… Esa fue la noche en que engendré al monstruo…
Narrador: – El 17 de junio John Polidori ya anota que “las historias de fantasmas han sido iniciadas por todos menos por mí”, lo que fija que el reto estaba en marcha. Para Mary Shelley el período de gestación fue doloroso en sus inicios y culminó el 17 de abril de 1817. Eso son unos 305 días.
La Copia en limpio para imprenta: fue preparada de mediados de abril, a mediados de mayo de 1817; pasa a tres tomos en ese proceso…
Mary: – Yo me afané en pensar una historia: una historia que rivalizara con aquellas que nos habían animado a abordar esta empresa; Una que hablase a los temores misteriosos de nuestra naturaleza y despertara un horror estremecedor; una historia que hiciese mirar alrededor suyo al lector asustado, le helase la sangre y le acelerase los latidos del corazón. Si no lograba esas cosas, mi historia de fantasmas sería indigna de tal nombre. Pensé y medité… pero sin resultado…
Sentía esa vacía incapacidad de invención que es la mayor desdicha del oficio de escribir, cuando la penosa Nada responde a nuestras ansiosas invocaciones…
«¿Has pensado ya una historia?» —me preguntaban cada mañana; y cada mañana me veía obligada a responder con una mortificante negativa.
Narrador: – Mary Shelly escribe en su introducción a la edición posterior de 1831: La invención consiste en la capacidad de aprehender -es decir: atrapar, capturar-, las posibilidades de un asunto y en el poder de moldear y dar forma a las ideas que éste sugiere.
Mary: – Muchas y largas fueron las conversaciones entre lord Byron y Shelley, a las cuales yo asistía devota, aunque casi siempre en silencio. En una de ellas se discutieron varias doctrinas filosóficas y, -entre otras-, la naturaleza del principio vital y si había alguna posibilidad de que llegase a descubrirse tal principio y conferirlo a la materia inerte…
Narrador: – Cuando Mary escribe “el principio vital” está nombrando -la incógnita científica sobre QUÉ hace viva a la materia– una incógnita que su novela convierte en dilema ético: no solo “cómo dar vida”, sino qué responsabilidad asume quien la otorga.
Mary: – Quizá podía reanimarse un cadáver; el galvanismo había dado pruebas de tales cosas y, desde luego, se habló de que tal vez las partes que habían conocido una vida anterior fueran reunidas de nuevo, ensambladas y vivificadas con el calor vital.
La noche avanzó durante la charla e incluso ya había pasado la hora de las brujas, antes de que nos retirásemos a descansar cada uno a su cuarto, para pensar o para dormir. Cuando apoyé la cabeza sobre la almohada, no me dormí, aunque tampoco puedo decir que pensaba.
Me puse a reflexionar si no podría yo también, en mi narración, reunir el terror a la vez físico y metafísico que tanto nos había inquietado, y hacer que se afianzara con un solo golpe en el corazón del lector. Si yo, como autora, no conseguía asustarme a mí misma, difícilmente asustaría a otros.
Narrador: – La semilla empezaba a germinar en aquélla mente hinchada de ideas, de los conocimientos de la época, de los fantasmas que merodeaban en su cabeza…
Mary: – Mi imaginación, desbocada, me presentó de pronto una imagen aterradora… vi con los ojos cerrados, pero con vívida visión mental, a un pálido estudiante de artes profanas, de rodillas junto al ser que había ensamblado… Vi al horrendo fantasma de un hombre extendido y que luego, tras la obra de algún motor poderoso, éste cobraba vida, y se ponía de pie con movimiento torpe y poco natural…
Debía de ser espantoso, pues supremamente espantoso sería el resultado de todo esfuerzo humano por imitar el prodigioso mecanismo del Creador del mundo. El éxito aterraría al propio artista; huiría horrorizado de su odiosa obra.
Una noche terriblemente espantosa; para los ojos que dormían, sueños tan espantosos no eran raros; pero yo, despierta, los vi no como sueños, sino como premoniciones. Temía mirar; temía que, al abrir los ojos, me encontrase con aquella cosa horrenda junto a mi cama; que, descorriendo mis cortinas, me observara con sus ojos amarillos, acuosos, aunque inquisitivos.
Abrí los míos con terror. La idea se apoderó de tal modo en mi mente, que me recorrió un escalofrío de miedo, y quise cambiar la imagen macabra de mi fantasía por las realidades a mi alrededor. Aún las veo: la misma habitación, el oscuro parquet – ese suelo de madera con diseños geométricos -, las contraventanas cerradas, con la luz de la luna forcejeando por entrar, y aquella sensación de que, más allá, estaban el lago vítreo y los altos Alpes blanqueados por la nieve. No pude librarme con tanta facilidad de mi horrible fantasma: seguía persiguiéndome en mi imaginación. Debía intentar pensar en otra cosa.
Narrador: – Ciertamente Mary Shelly sufrió en vida y con los ojos abiertos la pesadilla que ella misma creaba…
Mary: – Volví a mi historia de fantasmas —¡Mi pesada, mi desdichada historia de fantasmas!—… ¡Oh, si al menos pudiera urdir una que asustase a mi lector como yo misma había sido asustada aquella noche!
Rápida como la luz —y tan alentadora— fue la idea que irrumpió entonces en mí:.. «¡La tengo!…Lo que me ha aterrado a mí aterrará a los demás; sólo necesito describir el espectro que ha visitado mi almohada a medianoche»… A la mañana siguiente anuncié que había pensado una historia. Comencé ese mismo día con las palabras: «Era una noche lúgubre de noviembre», limitándome estrictamente a transcribir los tremendos terrores de mi sueño en vela.
Narrador: – La obra de terror asomaba ya la cabeza y venía al mundo para horrorizar a nosotros los mortales vivos…
Mary: – Al principio no pensé sino en unas pocas páginas, en un breve relato; pero Shelley me instó a desarrollar la idea con mayor amplitud…
Ciertamente no debo a mi esposo la sugerencia de una sola idea, ni siquiera de un sentimiento; y, sin embargo, de no ser por su estímulo, jamás habría tomado la forma con que se presentó al mundo…
Mi esposo, por su parte, desde el principio tuvo gran empeño en que yo me mostrase digna de mi ascendencia y grabara mi nombre en la página de la fama.
Narrador: – y ¡Así es!… El nombre de Mary W. Shelley estará grabado a fuego hasta el final de los tiempos… La criatura vio la luz en forma de novela impresa el jueves 1 de enero de 1818 — Primera edición -publicada en Londres, Inglaterra-. Fue una publicación anónima en tres volúmenes y con un prefacio escrito pero no firmado de Percy Shelley y dedicatoria a William Godwin -el padre de Mary-.
El hecho de que se hiciera anónimamente da una idea de lo escandalosa que resultaba incluso para su propia autora, que diría años después:
Mary: – “¿Cómo pude yo, entonces una muchacha joven, idear y explayarme en una idea tan horrible?».
Narrador: – En 1831, reescribió la historia por completo hasta conseguir la versión definitiva que ha llegado hasta nuestros días… La edición revisada de 1831 apareció el lunes 31 de octubre de 1831 (Serie Standard Novels nº 9, también publicada en Londres). Es la primera edición en un solo volumen y ahora con el nombre y la nueva “Introducción” de Mary Shelley.
Mary: – Y ahora, una vez más, envío a mi horrenda criatura a que vaya al mundo y que prospere. Siento afecto por ella, pues fue el retoño de días felices, en que la muerte y el dolor no eran más que palabras que no encontraban verdadero eco en mi corazón…
Añadiré una sola palabra sobre las alteraciones que he hecho. Principalmente son de estilo. No he cambiado ninguna parte del relato, ni he introducido nuevas ideas o circunstancias.
Narrador: – De esta forma, entre historias de fantasmas, experimentos y lecturas, el encierro fructificó generosamente el día que Lord Byron propuso que cada miembro del grupo escribiera una historia de terror. Así se hizo, y el resultado fueron dos obras maestras de la literatura fantástica: El vampiro, de John William Polidori –la historia de un seductor aristócrata que deja sin sangre a todas las mujeres que caen en sus redes, –y antecedente del Drácula de Bram Stoker (1897)–, y desde luego Frankenstein o el moderno Prometeo, de Mary Shelley.
De regreso a Londres tras un viaje por el continente, Mary comenzó a sufrir los primeros síntomas de la enfermedad, un tumor cerebral, que acabaría por llevarla a la tumba el 1 de febrero de 1851. Tras su fallecimiento, cuando sus allegados revisaron sus pertenencias encontraron, envuelto en seda y junto con el poema de Percy B. Shelley“Adonáis”, el corazón del que había sido su esposo y mentor. Tal vez lo conservó en espera de que, algún día, un VÍctor Frankenstein de carne y hueso le devolviera su latido.
Texto por
Andrés Bermea
Adaptación basada en textos de dominio público de la Introducción de Mary W. Shelley a la novela FRANKENSTEIN O EL MODERNO PROMETEO editada en 1831.
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Diane Keaton ha fallecido este sábado a los 79 años de edad, tal y como ha informado la revista People en exclusiva. La legendaria actriz ha muerto en California y, de momento, no se conocen más detalles. Su familia ha pedido privacidad en este momento tan complejo para ellos. Keaton saltó a la fama en la década de 1970 gracias a su papel en las películas de El padrino y a sus colaboraciones con el director Woody Allen. Ganó el Óscar a la mejor actriz por Annie Hallen 1977. Su larga carrera incluye películas como El club de las primeras esposas, múltiples colaboraciones con la directora Nancy Meyers y la franquicia El club de lectura. La actriz nació en Los Ángeles en 1946 como Diane Hall y era la mayor de cuatro hermanos. Su padre era ingeniero civil, mientras que su madre era ama de casa.
Originaria de Los Ángeles, California, donde nació en 1946, Diane Keaton saltó a la fama tras participar en la película El Padrino, de 1972, bajo la dirección de Francis Ford Coppola, y donde interpretó el papel de Kay, aunque ya había participado en distintas producciones de televisión con pequeños papeles desde 1970.
Diane Hall —su verdadero nombre— adoptó el apellido de soltera de su madre, Keaton, cuando decidió lanzarse al teatro.
Diane Keaton 1946-2025 (Getty Images)
Su carrera comenzó en Broadway con la obra Hair, pero su destino cambió cuando Woody Allen la eligió para Play It Again, Sam (1972, conocida en México como Sueños de un seductor), donde se estableció la química de la pareja que, del escenario se trasladó al cine, con lo que dio inicio a una de las duplas más memorables del cine no comercial de Hollywood.
Diane Keaton: la musa de Woody Allen y eterna rebelde de Hollywood
Su consagración llegó en 1977 con Annie Hall, por la que ganó el Oscar a Mejor Actriz. La película redefinió la comedia romántica y consolidó un nuevo tipo de heroína, al mostrar un personaje neurótico, encantador y con un look poco convencional.
Ese personaje, que mezclaba frescura, torpeza y sofisticación, marcó a toda una generación de mujeres que vieron en Keaton un modelo de libertad y autoexpresión, alejado de las convenciones de las “leading ladies” hollywoodenses.
Diane Keaton (Getty Images)
Diane Keaton, una actriz que desafió los géneros
Diane Keaton, sin embargo, nunca fue sólo “la musa de Woody Allen”. Antes y después de Annie Hall, trabajó con otros consagrados como Francis Ford Coppola, quien la dirigió en El Padrino (1972) y sus secuelas, donde interpretó a Kay Adams, la esposa del atormentado Michael Corleone (Al Pacino).
Años más tarde, bajo la dirección de Warren Beatty en Reds (1981), interpretó a la periodista Louise Bryant, un papel por el que fue nominada nuevamente al Oscar. También brilló en Marvin’s Room (1996), The First Wives Club (1996, junto a Bette Midler, Goldie Hawn y Sarah Jessica Parker), Something’s Gotta Give (2003) —junto a Jack Nicholson, con quien demostró que la sensualidad no tiene fecha de caducidad— y Book Club (2018), un éxito inesperado que la reconectó con nuevas generaciones.
Diane Keaton (Getty Images)
La mirada de Diane Keaton detrás de la cámara
Keaton también exploró el lado más íntimo del cine desde la dirección. En Heaven (1987) experimentó con el formato documental para reflexionar sobre la vida después de la muerte, mientras que en Unstrung Heroes (1995) retrató con ternura y humor las complejidades familiares.
Activismo y autenticidad
Fiel a sí misma, Diane Keaton supo utilizar su fama con un propósito. Fue una activista comprometida con la preservación arquitectónica de Los Ángeles, donde restauró casas históricas con su particular estética, una mezcla entre el estilo californiano, lo industrial y lo romántico.
Además, fue una voz activa en temas de adopción, equidad de género y envejecimiento con dignidad, sin caer nunca en el cliché del discurso hollywoodense. Adoptó a dos hijos en solitario, Dexter y Duke, y habló abiertamente sobre cómo la maternidad transformó su vida: “Tuve que esperar a convertirme en una mujer para poder ser madre”, dijo en una entrevista hace años.
El estilo de Diane Keaton: una revolución silenciosa
Si su talento la convirtió en una leyenda hollywoodense, el estilo de Diane Keaton la volvió inmortal. Con sus trajes oversize, camisas blancas abotonadas hasta el cuello, fedoras, guantes y una paleta en blanco y negro, Diane reinventó el poder de la individualidad.
El estilo inconfundible de Diane Keaton que surgió en ‘Annie Hall’ (Especial)
Lo que empezó como un gesto intuitivo en los años setenta —cuando usó su propia ropa para Annie Hall— terminó por convertirse en su sello personal y en un símbolo cultural por el que siempre será recordada.
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Robert Redford, el apuesto actor y director ganador del Oscar que rechazó su estatus de galán de Hollywood para defender causas cercanas a su corazón, murió este martes, según supo CNN. Tenía 89 años.
Conocido por sus papeles protagónicos en “Butch Cassidy and the Sundance Kid” y “All the President’s Men”, Redford también dirigió películas galardonadas como “Ordinary People” y “A River Runs Through It”.
Pese a que inició su carrera de actor en 1960, interpretando a un pequeño papel en la serie televisiva “Maverick”, Redford obtuvo su único premio Oscar en el rol de director en 1981, por la película “Ordinary People”. Y en 2002 recibió un premios Oscar honorario por su labor como creador del Festival de Cine Indpendiente de Sundance.
Redford también fue nominado como intérprete al premio Oscar en la categoría de mejor actor principal en 1974 por “The Sting”. En 1995 fue nominado doblemente al premio Oscar como director y productor de la película “Quiz Show”.
Su pasión por el arte cinematográfico lo llevó a crear el Instituto Sundance, una organización sin fines de lucro que apoya el cine y el teatro independiente y es conocida por su festival anual, el Festival de Cine de Sundance.
Redford también fue un ambientalista comprometido, se mudó a las montañas de Utah en 1961 y lideró esfuerzos para preservar el paisaje natural del estado y del oeste estadounidense.
Quién fue Robert Redford, el galán de Hollywood pionero del cine independiente y defensor del medio ambiente
Robert Redford, el fallecido actor, director y activista ambiental, protagonizó clásicos de Hollywood, ganó un Óscar como director y fundó el Festival de Sundance, dejando un legado que transformó el cine independiente y la defensa del medio ambiente.
Conocido por sus papeles protagónicos en “Butch Cassidy and the Sundance Kid” y “All the President’s Men”, Redford también dirigió películas galardonadas como “Ordinary People” y “A River Runs Through It”. Su pasión por el arte cinematográfico lo llevó a crear el Instituto Sundance, una organización sin fines de lucro que apoya el cine y el teatro independientes y es conocida por su Festival de Cine anual.
Redford también fue un ambientalista comprometido; se mudó a las montañas de Utah en 1961 y lideró los esfuerzos para preservar el paisaje natural del estado y el Oeste estadounidense.
Redford actuó hasta bien entrada su vejez, reuniéndose con Jane Fonda en la película de Netflix de 2017 “Nuestras almas en la noche”. Al año siguiente, protagonizó “El viejo y la pistola” a los 82 años, una película que, según él, sería la última, aunque afirmó que no consideraría retirarse.
“Para mí, jubilarse significa dejar algo o renunciar a algo”, declaró a CBS Sunday Morning en 2018. “Hay una vida que vivir, ¿por qué no vivirla tanto como puedas y durante tanto tiempo como puedas?”
Ese mismo mes, el hijo de 58 años de Redford falleció de cáncer.
David James Redford, el tercero de los cuatro hijos de Robert Redford y su exesposa Lola Van Wagenen, siguió los pasos de su padre como activista, cineasta y filántropo.
Una juventud inquieta
Nació en Santa Mónica, California, cerca de Los Ángeles, en 1936. Su padre trabajaba largas jornadas como lechero y contador; tiempo después toda la familia se mudaría a una casa más grande en la cercana Van Nuys.
“No lo veía mucho”, recordó Redford sobre su padre en “Inside the Actor’s Studio” en 2005.
Como su familia no podía permitirse una niñera, Redford pasaba horas en la sección infantil de la biblioteca local, donde se fascinó con libros de mitología griega y romana.
Sin embargo, Redford no era precisamente un estudiante modelo.
“No tenía paciencia… no me inspiraba”, recordó Redford. “Me interesaba más experimentar y aventurarme más allá de los parámetros en los que crecí”.
Atraído por las artes y los deportes, y por una vida fuera de la extensa Los Ángeles, Redford obtuvo una beca para jugar béisbol en la Universidad de Colorado en Boulder en 1955. Ese mismo año, falleció su madre.
“Era muy joven, ni siquiera tenía 40 años”, dijo.
Redford dijo que su madre “siempre me apoyó mucho (en mi carrera)”, incluso más que su padre.
“Mi padre creció durante la Depresión y tenía miedo de arriesgarse… así que quería que yo siguiera el camino recto y estrecho, algo que no estaba destinado a seguir”, dijo. “Mi madre, hiciera lo que hiciera, siempre me perdonaba y me apoyaba, y sentía que podía hacer cualquier cosa.
“Cuando me fui a Colorado y ella falleció, me di cuenta de que nunca tuve la oportunidad de agradecerle”.
Redford pronto recurrió a la bebida, perdió su beca y finalmente le pidieron que dejara la universidad. Trabajó como peón para la Standard Oil Company y ahorró sus ganancias para continuar sus estudios de arte en Europa.
“Vivía al día, pero no importaba”, dijo Redford sobre su estancia en Europa. “Quería esa aventura. Quería la experiencia de ver cómo eran otras culturas”.
Nace una estrella
Cuando regresó a Estados Unidos, Redford comenzó a estudiar teatro en la Academia Americana de Artes Dramáticas de Nueva York.
Tímido y reservado, Redford dijo que no encajaba con los demás estudiantes de teatro, quienes ansiaban demostrar sus habilidades actorales. Tras una actuación frente a su clase con un compañero que terminó en frustración y desastre, Redford contó que su profesor lo apartó y lo animó a seguir actuando.
En 1959, Redford se graduó de la academia y consiguió su primer papel como actor en un episodio de “Perry Mason”. Su carrera actoral fue “cuesta arriba a partir de ahí”, dijo.
Su gran oportunidad como actor llegó en 1963 cuando protagonizó “Descalzos por el parque” de Neil Simon en Broadway, un papel que luego repetiría en la gran pantalla con Jane Fonda.
Por aquella época, Redford se casó con Lola Van Wagenen y formó una familia. Su primer hijo, Scott, falleció a causa del síndrome de muerte súbita del lactante a los pocos meses de nacer en 1959. Shauna nació en 1960, David en 1962 y Amy en 1970.
Mientras su carrera como actor despegaba, Redford y su familia se mudaron a Utah en 1961, donde compró casi una hectárea de terreno por tan solo US$ 500 y construyó una cabaña él mismo.
“Descubrí la importancia de la naturaleza en mi vida y quería estar donde la naturaleza era extrema y donde creía que podría ser eterna”, declaró a CNN.
Redford se hizo un nombre como protagonista en 1969 al protagonizar junto a Paul Newman, ya una gran estrella, “Butch Cassidy and the Sundance Kid”. Este western sobre una pareja de forajidos ganó cuatro Premios Oscar.
Redford dijo que “siempre estará en deuda” con Newman, a quien le atribuyó haberle ayudado a conseguir el papel. Los dos actores tuvieron una gran química en pantalla, se hicieron amigos para toda la vida y se reencontraron en “El Golpe” en 1973, que ganó el premio Oscar a la mejor película.
Un protagonista reticente
Redford protagonizó una serie de películas de éxito a lo largo de la década de 1970: “Jeremiah Johnson”; “Tal como éramos”, coprotagonizada por Barbra Streisand; “El gran Gatsby”; y con Dustin Hoffman en “Todos los hombres del presidente” de 1976, sobre el escándalo de Watergate.
Tras colaborar con el director Sydney Pollack en “Jeremiah Johnson”, Redford luchó con el estudio para que la película se hiciera como él quería, un precursor de su carrera como director y en su apoyo al cine independiente.
“Fue una batalla desde el principio”, declaró Redford a “Inside The Actor’s Studio”. “El estudio nos dijo: ‘Tienes US$ 4 millones, guárdalos en el banco de Salt Lake City, puedes rodar donde quieras, pero ya está’”.
Con diálogos sencillos y una escenografía impresionante, la película cuenta la historia de un veterano de la Guerra de México que abandonó el campo de batalla para sobrevivir como trampero en el Oeste americano.
Se estrenó más de tres años después de su realización porque, según Redford, el jefe de ventas del estudio pensó que la película era “tan inusual” que no encontraría público.
“Jeremiah Johnson” terminó recaudando casi US$ 45 millones. No fue la única vez que la pasión de Redford por el arte cinematográfico lo enfrentó a los estudios que financiaron su trabajo.
“Lo triste con lo que tienes que lidiar, como cineasta, es con las opiniones preconcebidas sobre lo que funciona o no”, dijo Redford. “Las películas de deportes no funcionan, las películas políticas no funcionan, las películas sobre la prensa no funcionan, así que he hecho tres”.
Redford debutó como director en 1980 con “Gente corriente”, un drama sobre una familia suburbana infeliz que ganó el Premio de la Academia a la Mejor Película y otro para él como Mejor Director. Continuó protagonizando películas de éxito como “El Natural” en 1984, que abordó su pasión por el béisbol, y “Una propuesta indecente” de 1993, que lo emparejó con una Demi Moore mucho más joven.
Posteriormente dirigió la película de 1993 “Un río lo atraviesa”, que ganó tres Premios Oscar, “Quiz Show” de 1994 y “El hombre que susurraba a los caballos” en 1998, que también protagonizó.
De gran atractivo físico, Redford fue elegido a menudo como el protagonista romántico en películas como “Memorias de África” en 1985, pero no siempre se sintió cómodo con la etiqueta.
“No me veía como me veían los demás y me sentía un poco atrapado porque no podía salir del molde de… un protagonista guapo”, dijo. “Era muy halagador, pero me resultaba restrictivo… así que me llevó muchos años liberarme de eso”.
Un impacto duradero
La pasión de Redford por el medio ambiente y el cine independiente se fusionaron cuando fundó el Instituto Sundance en 1981. Esta organización sin fines de lucro apoya la toma de riesgos y las nuevas voces en el cine estadounidense, así como el teatro. El resort Sundance de Redford, ubicado en un cañón sobre Provo, Utah, organiza talleres anuales para dramaturgos y guionistas.
Cada año, el instituto de Redford celebra el Festival de Cine de Sundance en Utah, la mayor muestra anual de cine independiente en Estados Unidos. Muchos jóvenes cineastas tuvieron su gran oportunidad en Sundance, entre ellos Steven Soderbergh con “Sexo, mentiras y video” en 1989, Quentin Tarantino con “Reservoir Dogs” en 1992 y Ryan Coogler con “Fruitvale Station” en 2013. El impacto de toda la vida de Redford en la industria cinematográfica fue reconocido en 2002 con un Oscar honorífico.
“Quiero aprovechar al máximo lo que me han dado”, le dijo Redford a Christiane Amanpour de CNN en 2015. “Sigues esforzándote, pruebas cosas nuevas y eso es estimulante”.
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Ciertamente los dinosaurios son LA constante en la saga jurásica, pero hay otra más… ¿Te digo?… Las damiselas en peligro.
En el principio fue Ellie… Era 1993 cuando el Dr. Grant decía que los niños no le gustaban…
Luego apareció la rubia Laura Dern como la Dra. Ellie Sattler una paleobotánica brillante, valiente y con sentido del humor… Ella no gritaba a lo loco: Actuaba, pensaba y se metía de lleno en pozos de triceratops sin perder la calma… Fue la primera gran heroína jurásica, y hasta el día de hoy, sigue siendo ‘la mamá de todas las protagonistas dino-feministas’…
En la segunda entrega jurásica –El mundo perdido: Jurassic Park– de 1997, Julianne Moore encarna a la intrépida paleontóloga Sarah Harding, una “damisela en peligro” que, a diferencia del estereotipo, no espera ser rescatada. Sarah se lanza voluntariamente a la isla con la esperanza de estudiar a los dinosaurios en su entorno natural, pero termina siendo el centro de múltiples situaciones caóticas. Su papel mezcla la valentía científica con una pizca de imprudencia, convirtiéndola en una figura clave que, aunque independiente, aún cae en los tropiezos narrativos de ser perseguida, atrapada o salvada.
Luego llegó el 2001 y con él, Jurassic Park III… y ahí nos encontramos con otra güerita Téa Leoni en un papel curioso: una madre desesperada por encontrar a su hijo perdido en la Isla Sorna… Su personaje, Amanda Kirby, no es científica ni militar, pero tiene el mérito de meterse al territorio raptor por puro amor maternal… y ofrece un par de gritos memorables que la convirtieron en meme antes de que existieran los memes.
Saltamos al 2015, donde el parque ya era un resort de lujo… Y en medio del caos corporativo, conocimos a Claire Dearing, interpretada por la también áurea Bryce Dallas Howard…
Una ejecutiva fría al principio, pero que va ganando corazón, coraje… ¡y mira nomás, hasta corre por la selva en tacones!… Claire tiene una evolución real en las tres entregas de «Jurassic World», pasando de controladora a protectora, y terminando como madre adoptiva y defensora de criaturas híbridas.
Y ahora… en Jurassic World: Renace… La dorada Scarlett Johansson se une a la línea de sucesión… Su personaje Zora Bennett combina inteligencia científica con trauma emocional, una mezcla que le da profundidad entre tanto rugido… No es solo la chica nueva: es la heredera directa de Ellie, pero con cicatrices modernas y una mirada que dice «no vuelvan a jugar con el ADN nunca más»…
Entonces… ¿quién se lleva la corona de la reina jurásica?… Eso depende de lo que busques… Si quieres sabiduría, firmeza y una mente brillante, Laura Dern sigue siendo «La mamá de las pollitas» entre las damiselas en peligro en el mundo jurásico…
Si buscas evolución y drama emocional, Bryce Dallas Howard dio el salto más grande… Y si quieres fuerza y presencia en la era post-extinción, *Scarlett* va abriendo camino.
Pero si hablamos de impacto, carisma, y legado… la doctora Ellie Sattler, con su sonrisa entre dinosaurios y sus frases filosas, sigue siendo «la alfa entre las alfas«…
En este parque, la inteligencia y el valor no se extinguen… cambian de rostro.
Investigación, compilación, redacción y edición por Andrés Bermea
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Entre la densa jungla de actores consolidados y otros que buscan un lugar en el cine y la televisión, hoy hay uno que se destaca especialmente y que tiene especial significado por su origen latino, en este episodio de CINESAURIO hablaremos de Pedro Pascal y ascendencia de Chile al estrellato de Hollywood…
José Pedro Balmaceda Pascal -nacido el 2 de abril de 1975 en Santiago de Chile- emigró a Estados Unidos con apenas nueve meses debido a la dictadura de Pinochet. Creció en California y Texas, y se formó como actor en la Universidad de Nueva York, donde comenzó su carrera en teatro en 1996…
Pascal se tomó su tiempo. Tuvo papeles pequeños en televisión durante casi dos décadas hasta que en 2014 alcanzó fama internacional como el carismático Oberyn Martell en Game of Thrones. Luego protagonizó Narcos (2015–2017), y alcanzó un nuevo éxito con The Mandalorian y The Last of Us, donde interpretó a figuras paternas adoradas, recibiendo premios Sindicato de Actores y nominaciones a Globos de Oro y a los Emmys…
A los 50 años, en 2025, Pedro logra otro hito: se convierte en el Reed Richards de LOS 4 FANTÁSTICOS: PRIMEROS PASOS, siendo el primer latino en protagonizar este icónico rol en el MCU… Pascal ha conectado profundamente con sus raíces: durante el rodaje en Oviedo confesó que “se sintió como en casa”, mencionando su herencia vasco-mallorquina por parte de abuelos.
Y ¿qué ha sucedido con Pedro ahora que se le por todas partes, cómo ha sido su relación con el equipo y compañeros de set… Pedro ha formado un vínculo cercano con sus co‑estrellas. Fue él quien creó el grupo de WhatsApp del reparto, un mensaje que llegó a Ebon Moss‑Bachrach, Vanessa Kirby y Joseph Quinn. Ebon lo descubrió en Jimmy Kimmel Live: “Pedro empezó el chat… todos respondimos”…
En entrevistas, Pascal ha definido a sus compañeros como “talentosos como nunca” y destacó a Vanessa Kirby como «una fuerza de la naturaleza» y apoyo clave que “le ayudó a sentirse en el personaje”… Kirby, por su parte, elogió la vulnerabilidad y la auténtica colaboración de Pascal: “Nunca he tenido un contraparte tan igualitario y apoyador”.
Durante la Comic-Con de San Diego, Vanessa lo apoyó en público mostrándose protectora cuando él fluctúo entre nervios y emoción, gesto que fue interpretado como un verdadero acto de amistad y química…
Anécdotas, curiosidades y perfil personal
Entre algunos aspectos personales de Pedro destacan: En 2025, protagonizó la portada de Vanity Fair a sus 50 años, revelando la pérdida de su madre y su vínculo tierno con su hermana Lux, además de su postura crítica contra J.K. Rowling por comentarios anti-trans… En el rodaje de LOS CUATRO FANTÁSTICOS, adoptó un acento “mid-Atlantic” de los años 60, tanto que el equipo tuvo que pedirle que lo suavizara para mantener naturalidad… Mantiene amistades sólidas desde sus primeros años. Su compañera de teatro Sarah Paulson, con quien hizo amistad en 1993, sigue siendo parte de su círculo cercano .
¿Por qué Pascal destaca?
Pedro encarna una nueva generación: inmigrante, bilingüe, maduro a los 50 años y profundamente empático. Su ascenso demuestra que el talento y la autenticidad trascienden edad, origen o estereotipos. Ese perfil lo ha llevado de papeles secundarios a liderar grandes franquicias —de Game of Thrones a Los 4 Fantásticos— y a ser un modelo positivo de actor latino en Hollywood .
En resumen…
Pedro Pascal es un actor forjado en la paciencia, convertido en estrella global, cuidadoso colaborador y emocional voz de una nueva masculinidad. Su camino —desde Santiago a Hollywood, desde roles secundarios a Reed Richards— inspira y conecta con audiencias diversas.
A través de esta expedición hoy conocemos más de la vida y trayectoria de Pedro Pascal el actor que se distingue en la jungla del cine…
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@MelBrooks… Decir su nombre es invocar la carcajada, la sátira afilada, el humor judío más refinado y alocado, y la reinvención del cine de comedia. Actor, escritor, productor, director… Brooks es uno de los pocos artistas que han ganado un Oscar, Emmy, Grammy y Tony, lo que lo convierte en miembro del exclusivo club EGOT. Pero más allá de los premios, su legado es tan hilarante como influyente. Hoy celebramos su vida y obra con una mirada que mezcla biografía, anécdotas y mucha, mucha risa.
Disfruta aquí sus dos primeros largometrajes en el cine
Aparece aquí a los 8 años con, de izquierda a derecha, su primo Merril y sus hermanos Lenny, Irving y Bernie.
Melvin Kaminsky nació en Brooklyn, Nueva York, en 1926, hijo de inmigrantes judíos. A los dos años perdió a su padre, y desde niño usó el humor como escudo. Aprendió batería y comenzó en el mundo del espectáculo tocando en clubes nocturnos. Pronto se coló en la televisión como guionista del célebre programa de Sid Caesar Your Show of Shows, donde compartió sala de escritores con Woody Allen, Neil Simon y Carl Reiner. ¡Una auténtica liga de superhéroes de la comedia!
Carl Reiner y Mel Brooks en el sketch «The 2000 Year Old Man»
En los años 60, junto con Reiner, creó el icónico sketch «The 2000 Year Old Man», en el que Brooks improvisaba como un anciano testigo de toda la historia de la humanidad. Su capacidad para improvisar diálogos imposibles y absurdos se convirtió en su sello.
Cinco películas que lo convirtieron en leyenda
Frankenstein, Jr. (Young Frankenstein, 1974)
Aunque su filmografía es amplia, aquí van cinco películas esenciales que todo cinesaurio debe conocer:
Los Productores / Con un fracaso millonarios (The Producers, 1967) Su debut como director le valió el Oscar al Mejor Guion Original. La historia de dos productores que intentan montar un fracaso musical sobre Hitler se convirtió en un clásico instantáneo. ¿El resultado? El fracaso fue un éxito, y Mel Brooks inventó, sin querer, la comedia metateatral.
Frankenstein, Jr. (Young Frankenstein, 1974) Parodia amorosa del cine de horror clásico, filmada en blanco y negro y con decorados originales de los estudios Universal. Escrita junto a Gene Wilder, esta joya es un homenaje tan respetuoso como desternillante. “¡Está vivo!”… y siempre lo estará.
Locura en el Oeste (Blazing Saddles, 1974) Una irreverente sátira del racismo y los westerns. Brooks rompió todos los tabúes con diálogos políticamente incorrectos y situaciones absurdas. La escena de los vaqueros y los frijoles… una de las más famosas flatulencias del cine.
La loca historia del mundo (History of the World, Part I, 1981) Un desfile delirante de sketches históricos: desde Moisés bajando con quince mandamientos y dejando caer cinco (“¡eran quince!”), hasta la Revolución Francesa con Brooks como Luis XVI diciendo: “¡Es bueno ser el rey!”
S.O.S. Hay un loco suelto en el espacio (Spaceballs, 1987) Una sátira de Star Wars (con guiños a Alien y Star Trek), donde Darth Vader se convierte en Dark Helmet, y Yoda en Yogurt. Todo con merchandising de sí misma, que anticipa con ironía el negocio del cine actual. ¡Y a sus 99 ya prepara la secuela!!
Datos curiosos que (quizá) no sabías
Mel Brooks y Anne Bancroft
Gene Wilder y Mel Brooks trabajaron juntos en tres de sus películas más recordadas, y su amistad fue clave para el tono emocional de esos filmes.
En Young Frankenstein, Wilder lloró al leer el guion terminado porque “era más que una parodia: era arte”.
Brooks nunca aparece acreditado como actor en sus propias películas, aunque suele hacer cameos (el camarero, el jefe indio, el psiquiatra…).
Fue esposo de la actriz Anne Bancroft (La muy famosa “Señora Robinson” de la película EL GRADUADO) durante más de 40 años, hasta el fallecimiento de ella en junio de 2005. Ella lo apoyó en todos sus proyectos y lo impulsó a llevar Los Productores a Broadway, donde se convirtió en el musical más premiado de la historia.
Fue productor de «La Mosca» (1986) de David Cronenberg y de “El Hombre Elefante” de David Lynch. Sí, Mel Brooks también tenía un lado serio… pero nunca perdió el sombrero ni la sonrisa.
Un comediante sin censura
La loca historia del mundo (History of the World, Part I, 1981)
Brooks siempre defendió que “la comedia es un arma contra el poder”. Satirizó al nazismo, al racismo, a la religión, al Hollywood clásico y hasta a la historia universal. Nada escapaba a su ojo burlón. Pero a diferencia de la comedia vulgar, el humor de Brooks tiene una inteligencia filosa detrás: critica sin predicar, se burla sin odio.
“Si puedes hacer reír a la gente con lo terrible, le quitas poder al mal”, decía. Esa fue su forma de venganza cultural contra Hitler: ridiculizarlo, convertirlo en un personaje de opereta. Y vaya si lo logró.
99 años de comedia sin freno
En 2015, el presidente Barack Obama le otorgó a Mel Brooks la Medalla Nacional de las Artes, el máximo honor otorgado a los artistas por el gobierno de los Estados Unidos.
A sus 99 años, Mel Brooks sigue activo. En 2023 prestó su voz en History of the World, Part II, una secuela en forma de serie que produjo para Hulu. En redes sociales, su sentido del humor sigue intacto. Ha declarado: “Sigo aquí, y todavía no me han censurado. ¡Eso es una victoria!”.
¿Su secreto para la longevidad? “Ríete todos los días. De ti mismo, de los demás, de todo. Eso te mantiene joven… o por lo menos, con buen ánimo para aguantar los años”.
Le aplaudimos de pie
Mel Brooks con su hijo y su nieto en el Paseo de la Fama
En una época donde la comedia parece caminar con cuidado de no pisar callos, Mel Brooks nos recuerda que el humor puede ser valiente, provocador, y a la vez profundamente humano. Desde este portal del cine, le enviamos un bravo de agradecimiento por enseñarnos que reírse también es una forma de resistencia.
¡Feliz 99 cumpleaños, Mel!
Gracias por tanta locura, tanta risa y tanto cine inolvidable.
Julián Carrillo, el innovador músico mexicano del Sonido 13 que rompió las reglas de la música tradicional, llevó su revolucionaria teoría microtonal hasta la gran pantalla.
En 1916 compuso la partitura de INTOLERANCIA, la colosal película silente antológica estadounidense y célebre película de D.W. Griffith, epopeya de tres horas y media de duración.
También musicalizó REVOLUCIÓN-conocida también como “La sombra de Pancho Villa” de 1933; escrita, producida, actuada y dirigida por el gran héroe olvidado del cine mexicano Miguel Contreras Torres.
En 1942 hizo la música de las apariciones de la Virgen en LA VIRGEN MORENA, del director de Gabriel Soria. el primer filme mexicano con música experimental no-tonal.
¡El genio mexicano Julián Carrillo pionero total!
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Bruce Willis, el icónico actor de Hollywood, cumplió 70 años este miércoles en medio de la lucha que enfrenta desde hace más de un año contra la demencia frontotemporal (FTD, por sus siglas en inglés). Tan sólo un día antes, su hija mayor, Rumer Willis, compartió una actualización sobre su estado de salud a través de una sesión de preguntas y respuestas en sus historias de Instagram.
Cuando un seguidor le preguntó cómo se encontraba su padre, Rumer respondió con optimismo: “Está muy bien, gracias por preguntar”. Además, aprovechó la ocasión para recordar el cumpleaños del actor: “Mañana es su 70º cumpleaños, así que por favor envíenle un gran feliz cumpleaños a mi papá”.
Rumer Willis aseguró que su padre se encuentra «muy bien» a pesar de su deterioro mental (Créditos: Instagram/rumerwillis)
Una batalla contra la demencia frontotemporal
El estado de salud de Bruce Willis se hizo público en febrero de 2023, cuando su familia emitió un comunicado anunciando que el actor había sido diagnosticado con demencia frontotemporal, una enfermedad neurodegenerativa que afecta el comportamiento, el lenguaje y la cognición. La noticia llegó un año después de que el protagonista de Duro de Matar anunciara su retiro de la actuación debido a un diagnóstico previo de afasia, un trastorno que afecta la capacidad de comunicación.
Desde entonces, sus familiares han brindado actualizaciones ocasionales sobre su estado y han destacado la importancia de la unidad familiar en este proceso.
Bruce Willis ha mantenido una estrecha relación con su familia a lo largo de los años. Rumer, de 36 años, es la mayor de los tres hijos que el actor tuvo con Demi Moore, junto con Scout, de 33 años, y Tallulah, de 31. En 2009, Willis contrajo matrimonio con la modelo Emma Heming, con quien tuvo dos hijas más: Mabel, de 12 años, y Evelyn, de 10.
En una entrevista reciente con ITV, Rumer destacó la manera en que su familia se ha unido para enfrentar la enfermedad de su padre. “Nos apoyamos mutuamente y seguimos siendo una unidad”, comentó. También habló sobre la relación de sus padres después del divorcio y cómo lograron priorizar el bienestar de sus hijas. “Nunca sentí que tenía que elegir entre ellos. Crearon una base hermosa para nosotras”, afirmó.
La familia de Bruce Willis se ha encargado de permanecer unida en medio de su enfermedad (Instagram/Demi Moore)
Emma Heming, esposa de Willis, ha sido una de sus principales cuidadoras y ha usado sus redes sociales para concienciar sobre la demencia frontotemporal y el impacto que tiene en las familias. Recientemente, compartió en Instagram una experiencia personal sobre cómo ayuda a otras familias que enfrentan diagnósticos similares. Según contó, un reconocido médico la contactó para pedirle recursos para una familia cuya situación era similar a la de los Willis.
“Nada me hace más feliz que poder ayudar a otro cuidador”, expresó Heming. Sin embargo, también cuestionó la falta de información accesible para quienes se enfrentan a este tipo de enfermedades. “Los médicos deberían tener una lista de apoyo para las familias y cuidadores. Es muy difícil tener que buscar estos recursos por cuenta propia”, agregó.
Un mensaje de amor y unidad
En febrero, Demi Moore también compartió su perspectiva sobre la situación de su exesposo durante una entrevista con Variety. “Siempre seremos una familia, solo en una forma diferente”, aseguró la actriz. Moore ha sido una figura clave en el apoyo a Bruce y su familia, demostrando que el vínculo entre ellos sigue siendo fuerte a pesar del tiempo y las circunstancias.
La familia de Willis ha reiterado en varias ocasiones su deseo de generar conciencia sobre la demencia frontotemporal, una enfermedad que actualmente no tiene cura ni tratamientos eficaces. En su comunicado de 2023, explicaron que Bruce “siempre creyó en usar su voz para ayudar a los demás”, por lo que esperan que su experiencia ayude a visibilizar esta condición y fomentar la investigación científica.
Demi Moore reiteró que a pesar de los problemas de Bruce Willis e incluso de su divorcio, siempre seguirán siendo una familia (@demimoore)
A medida que Bruce Willis llega a su 70º cumpleaños, su legado como actor y su impacto en el cine siguen siendo recordados por millones de fans en todo el mundo. Su familia continúa unida, brindándole amor y apoyo en esta etapa de su vida, mientras promueve la importancia del cuidado y la solidaridad frente a enfermedades neurodegenerativas.