
1. El viaje actoral de Clint Eastwood: En la saga de «El bueno, el malo y el feo» (1966), Eastwood es un pistolero sin nombre, duro e implacable. Años después, en «Los imperdonables» (1992), él mismo dirige y protagoniza a un viejo vaquero que reniega de su pasado violento, dándole una vuelta crítica al mito del western que lo hizo famoso.
2. El caso de Anthony Perkins y su madre en Psicosis: Anthony Perkins fue eternamente asociado con Norman Bates, el asesino traumado por su madre en «Psycho» (1960). irónicamente, en la vida real, Perkins tuvo una relación muy cercana y saludable con su madre, completamente opuesta a la imagen enfermiza del filme.


3. James Stewart y su oscuro gemelo: James Stewart es ícono de personajes nobles y bondadosos. Pero en «Vértigo» (De entre los muertos) (1958) de Sir Alfred Hitchcock, interpreta a un hombre obsesivo y manipulador. La ironía es que el “hombre bueno de América” protagonizó una de las historias más enfermizas del cine clásico.
4. Un dictador hecho comedia: En 1940, mientras el mundo sufría la amenaza real de Hitler, Charlie Chaplin estrena «El gran dictador«, una sátira feroz.
Lo curioso: Chaplin y Hitler nacieron el mismo año (1889), con apenas cuatro días de diferencia… y compartían un bigote semejante.


5. Peter O’Toole: ¿actor eterno? Peter O’Toole fue nominado al Óscar ¡ocho veces! y nunca ganó… hasta que la Academia, ya sin opciones, le dio uno honorífico en 2003. En respuesta, O’Toole pidió que se lo guardaran porque todavía no había terminado de actuar. Tenía 70 años.
6. De villano a sabio Jedi: Christopher Lee fue el temible Saruman en «El Señor de los Anillos» y el Conde Dooku en «Star Wars«. En ambas sagas fue el maestro corrompido. Pero en la vida real, era todo lo contrario: hablaba seis idiomas, fue espía durante la Segunda Guerra y conocía personalmente a J.R.R. Tolkien.

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